Algo queda en lo que creer

Cuando más se acerca uno a la muerte (por edad, no por accidente de tráfico u otra causa inesperada) más absurda le parece la vida y el mogollón de seres vivos que le rodean; menos cree en músicas celestiales u otras chuminadas engañabobos; más indiferencia y asquito le producen los profetas y los vendedores a plazos de felicidad electrodoméstica. Te vas dando cuenta de que todo es una cochina mentira y sólo te interesan ya el Barça y "La Roja" Visca el Barça!... Eso sí, yo no compro entradas ni camisetas, que paguen otros.