Bugarach

Bugarach, ese es el lugar. Ahí es donde tiene que acudir usted si desea salvarse, porque espero que a estas alturas ya estará enterado de que tenemos el fin del mundo para el 21 D del año que viene. (El Periódico del Prat lo ha anunciado profusamente)
Pues yo no voy, he decidido quedarme ese día en Manchester. Tampoco Nadal va a estar en la final de la Copa Davis y no pasa nada.
Pero si a usted le va el rollo, si desea ser uno de los elegidos, tiene que ir a Bugarach. Y en dónde está Bugarach?... Pues se lo digo ahora mismo: cerquita de Los Pirineos. Pregunte al taxista o en información de Renfe y seguro que saben indicarle, pues no va a ser usted el primero. Ya hay mucha basca por allí, y todos vestidos de blanco, señal de pureza. Así que ojito con lo que hace, nada de meneársela (Ni mirando las fotos de Leire Pajín en la playa)
Dicen que en las entrañas del monte Bugarach están las puertas que conducen al Paraíso, y que los pasadizos subterráneos son obra de los cataros, unas buenas gentes que vivían tan felices allí hasta que la Iglesia organizó una de sus terribles cruzadas y se los cargó. (Y eso que en aquel tiempo aún no se estilaba el preservativo)
Seguro que la Iglesia de ahora también está en contra de este fin del mundo. La cosa es fastidiar a los elegidos, como siempre. Pero usted pase de la Iglesia y vaya a Bugarach si le apetece salvarse. Además, tengo entendido que es un sitio muy bonito.