Chalecos nuevos


POR JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

Pocas políticas de seguridad ciudadana han sido un fracaso tan evidente como la que implementó el entonces ministro de Gobernación Salvador Gándara: la prohibición para que dos personas circulen en moto junto con la obligación de usar casco y chaleco con el número de placa. Para muestra, el asesinato del diputado Valentín Leal un día antes de la toma de posesión del nuevo gobierno. Aún así, el nuevo ministro de Gobernación insiste en la equivocada medida… Nadie gana cuando los funcionarios violan la libertad de los ciudadanos con medidas absurdas que imponen costos innecesarios en aras de la seguridad. Peor aún, cuando el Estado decide tratar a todos los ciudadanos como delincuentes en vez de perseguir a los verdaderos criminales imitando lo que se ha hecho en Colombia. Sin embargo, lejos de distanciarse de esos errores, el nuevo ministro insiste en preservarlos. Por lo menos, ahora permitirá que dos personas circulen en la misma moto; manteniendo la obligación del chaleco y casco. La pregunta del millón es ¿quién cree que eso será un impedimento para que los sicarios sigan robando y asesinando?

Cuando Gándara impuso la medida original, lo que pasó fue que comenzó a notarse un incremento de asaltos a motoristas para robarles moto, chaleco y casco. Vaya ironía, los sicarios “respetaban la ley” circulando con chaleco y casco para continuar asaltando y matando sin mayores molestias. La medida no solo era ingenua, sino totalmente ineficaz. Las víctimas de la violencia seguían pagando el precio de la incompetencia oficial con su vida, su propiedad y ahora con el gasto adicional del chaleco. Peor aún, los ciudadanos honrados ya no podían llevar a su esposa al trabajo —estaba prohibida la circulación de dos en moto— exponiéndolas a los sicarios de los buses.

Ahora ya podrán circular dos en moto. Muchas gracias por devolvernos esa libertad. Pero el chaleco tendrá que ser “diferente”. Quiere decir más gastos e inconvenientes para los ciudadanos, ¡otra vez! ¿A cambio de qué? Las fuerzas de seguridad igual pueden detener a cuanto motorista quieran y revisar su documentación con o sin chaleco. La idea sigue siendo pésima para detener o disuadir el crimen. ¿Qué obstáculo puede ser un chaleco para un sicario que va armado en una moto robada, dispuesto a matar? Ni siquiera les asustó el despliegue de seguridad del cambio de gobierno para cometer el asesinato del diputado Leal.

En fin. Por ahora, la esperanza de tener medidas de seguridad efectivas queda opacada por más de lo mismo. A nadie le conviene que el nuevo ministro de Gobernación fracase como lo han hecho los anteriores. Al contrario, le deseamos lo mejor. Pero también necesitamos medidas que demuestren ser efectivas y respetuosas de nuestros derechos. La de las motos y chalecos ha sido, es y será un fracaso. Una muestra más de que a los gobiernos siempre se les hace más fácil destruir nuestras libertades civiles antes que defenderlas. Al final del día no solo las perdemos, sino que igual quedamos a merced de los delincuentes.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 31 de enero 2012.