Realidad y futuro de los jóvenes


Verónica Spross de Rivera

El futuro de los jóvenes está en juego. No están bien preparados para enfrentar la vida, por lo que se les dificulta obtener un empleo. En este mundo globalizado, basado principalmente en los servicios, se requiere de una formación distinta a la que se necesitaba en el mundo industrial del siglo XX. Se requieren destrezas tecnológicas, habilidades de comunicación, dominio de idiomas extranjeros y capacidad de trabajo en equipo y adaptación a los cambios.

La Primera Encuesta Nacional de la Juventud (ENJU), realizada por el Instituto Nacional de Estadística, indica que los jóvenes no están suficientemente preparados para enfrentar la vida. La educación que reciben es deficiente y no los prepara para resolver los problemas fundamentales de la vida ni para tener éxito en el mundo laboral.En el grupo poblacional encuestado, que se compone por personas entre los 15 y 29 años, se detecta que un tercio ha completado la primaria, otro tercio concluye el ciclo básico del nivel medio, un 23 por ciento concluye el ciclo diversificado y solamente 5 por ciento llega al nivel superior-universitario.

Los resultados de las pruebas que se realizan anualmente a los graduandos indican que solamente uno de cada diez jóvenes adquiere las destrezas esperadas en lectura. Un porcentaje menor logra el dominio del contenido que incluye la prueba nacional de matemática.Esto significa que solamente una décima parte de los jóvenes que se gradúan de diversificado podrán optar a la educación superior. Los demás no tienen la preparación necesaria. De allí que muchos jóvenes realizan cada año, con ilusión, los exámenes de admisión en la Universidad de San Carlos y no logran aprobarlos para poder ingresar a cursar alguna carrera universitaria.

En cuanto a la percepción de su futuro, más de un millón y medio de jóvenes reportaron en la ENJU que piensan emigrar a los Estados Unidos en busca de un empleo que les permita tener un mejor nivel de vida. Esto indica que perciben una carencia de oportunidades que los lleva a pensar en un horizonte laboral más allá de nuestras fronteras, aun con el riesgo de una deportación. Generar los empleos suficientes en el país para que los jóvenes perciban que tienen una oportunidad de salir adelante es el desafío mayor que tenemos por delante.

La creación de empleo en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades de nuestros jóvenes es el mayor milagro económico al cual podemos aspirar. Y, es de tomar en cuenta que la mayoría de empleos son generados por las pequeñas y medianas empresas. El fortalecimiento del clima de negocios y las condiciones para mayor inversión deben constituir una prioridad de política pública. Por otro lado, la cultura de emprendimiento debe generalizarse en las aulas, especialmente de la secundaria, pues el autoempleo también es una posibilidad que no debe descartarse; el graduado de la secundaria debe poder emprender un proyecto productivo o social, si tiene vocación. De allí podrían generarse empleos en el área rural.

Por otra parte, hay carreras de diversificado con nombres llamativos como Bachillerato con especialización en diseño de videojuegos, pero no necesariamente se están generando en los estudiantes las competencias esperadas. En cambio, hay experiencias muy positivas en bachilleratos con orientación laboral que tienen acuerdos con INTECAP, cuyos graduados salen preparados para el trabajo y consiguen un empleo sin problema. La urgente transformación de la educación secundaria deberá convertirse en un proyecto de país, en el que participen las instituciones educativas públicas y privadas y el sector productivo, con el fin de vincular la oferta educativa a la demanda real de recurso humano.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 11 de enero 2012.