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Improvisando una Oktoberfest en casa o segundas partes pueden ser buenas.


No pocas veces me habréis leído maldiciendo ese “macrobotellón” en el que se ha convertido la Oktoberfest en la actualidad y a pesar de que hace poco el buen amigo Diego me habló de una especie de fiesta muy interesante en plan recreación original en petit comité y bastante alejada de lo que todos asociamos con esta conocida fiesta alemana, lo cierto es que por el momento sigo en mis trece. Así que tal y como hicimos el año pasado por estas alturas, esta vez aprovechando que el pasado fin de semana terminaba la Oktoberfest en Munich, nos montamos en casa un festín a la alemana con lo poco que pude encontrar de comida teutona por estos lares y con un surtido variado de cervezas en cuanto a estilos (nada de cerrarnos solamente a base de Oktoberfest/Märzen) y con referencias completamente desconocidas para mí hasta el momento. Así que aquí os paso las conclusiones y algunas curiosidades y notas extra sobre las siete cervezas degustadas.

Allgauer Bräuhaus Zwickel Kellerbier. Empezamos con una Zwickel del Allgäu (Algovia), región situada entre los dos ländersureños alemanes, Baviera y Baden Württemberg. Este estilo del que tan pocos ejemplos me habían dejado asombrado antes del viaje a Alemania, es a día de hoy uno de mis favoritos cuando pienso en el país teutón. Muy cercano a las kellerbier (de hecho en la etiqueta aparecen ambas denominaciones) aunque estrictamente no idénticos ya que sobre el papel las “zwickl” son cervezas turbias pero con una vida útil más corta, ofreciendo una mayor carbonatación y menor cantidad de lúpulo, entre otras particularidades. En este caso nos encontramos con una cerveza turbita, con un aroma fresco, a pan crudo y levadura así como cítrico a limón. En boca tiene una carbonatación realmente muy viva (demasiada para mi gusto) y destaca un toque marcado a lúpulo herbal, un recuerdo agrio como a limón, y también muy levaduroso, como masa de pan. El amargor es bastante marcado pese a lo dicho líneas más arriba, astringente y un punto ácida, muy refrescante. Personalmente prefiero otras zwickl franconas que he probado en las que el protagonismo lo tiene casi en exclusiva la levadura.



Rachel Rotfux Frauenauer Pale ale. Un ejemplo de cómo la moda actual por el lúpulo todo lo alcanza, incluso ollas de un pueblo tan perdido como Zwiesel, en plena selva Bávara, justo en el límite del país teutón con la República Checa. Lo bueno es que los alemanes no son tan dados a denominar Pale ale a cualquier “cosa rubia con cierta predominancia de lúpulo” como tanto nos gusta a nosotros, y nos encontramos con una más que decente APA, muy aromática en nariz, con un predominio de recuerdos cítricos a pomelo pero también a mango en menor medida, y en boca es muy suave, menos amarga de lo esperado y con un carácter afrutado dominante y un final ligeramente astringente. Además presenta un atractivo toque leñoso más propio de las cervezas centroeuropeas, pero que no ocultan el dominio a fruta tropical citado. Una cerveza ligera, para beber a litros, muy bien hecha y una carbonatación ajustada y bien integrada.



Ritter St. Georgen Weisser Franke. Tengo que reconocer que si hablamos de trigo me pierden las elaboraciones del centro y sobretodo sur de Baviera ya que hasta el momento, y salvo  alguna excepción, Franconia no me ha seducido con muchas “trigueñas” asombrosas. Aún así, ya se sabe que las reglas están para romperse y esta es una buena excepción. En nariz sorprende el menor carácter a plátano, goma de mascar y especiado tan propio del estilo y son los recuerdos a pan y cereal los dominantes. En boca es lógicamente muy refrescante, con el citado y característico recuerdo a plátano y también chicle y también clavo, con una carbonatación viva pero bien integrada y el puntito imprescindible de acidez. Menos empalagosa y más ligera y refrescante que otras primas del sur bávaro. Mejor en boca que en nariz, realmente muy bien hecha. Una gratísima sorpresa.



Schübel Bräu Drachenseidla. Esta peculiar cerveza, cuya etiqueta debe haberla dibujado algún crío de 5 años, tiene la particularidad de ser una weizen ambarina tal y como indica ese palabro de la etiqueta, “bernsteinfarbenes”, que es como se denominan habitualmente las weizenque poseen un color a medio camino entre una hefeweizen y una dunkelweizen. Si nos ceñimos a la cerveza, sorprende su carácter muy maltoso e incluso un punto demasiado alcohólico para lo que se espera en la mayoría de keller, en las cuales esperas pan, levadura y cereal. En aspecto también decepciona la rapidez con la que cae su espuma, cosa que me hace sospechar que quizás en su momento no aguantara muy bien el viaje en coche hasta Valencia. En boca vuelve a decepcionar, como esas cervezas de baja fermentación que están cerca de la fecha de consumo preferente y que han perdido todo el fuelle y se las ve un tanto “descompuestas”. Una pena ya que la etiqueta prometía…



Wagner Märzen. La única märzen del festín es francona como casi todas las demás cervezas del post, concretamente de un pueblecito situado al norte de Kulmbach. De buenas a primeras sorprende su color dorado en lugar de los clásicos ambarinos o cobrizos. En nariz se perciben toques a paja y cáscara de cereal, así como lúpulo seco, recuerdos también más propios de otros estilos de baja fermentación. En boca en cambio entra más maltosa pero tampoco se echa en falta el lúpulo, presente con recuerdos herbales, leñosos y ligerísimamente cítricos, realmente muy bien atados por la base malta acaramelada. La carbonatación también se encuentra muy ajustada. Una märzen peculiar y de hecho a ciegas más que posiblemente hubiera afirmado estar ante una Helles Bock.



Hebendanz Edel Pils. Pils francona, concretamente de Forchheim, población donde se celebra el conocido Annafest en ese edén boscoso y cervecil llamado kellerwald. En cuanto a la cerveza destaca una nariz actractiva con un toque agradable a lúpulo leñoso y cítrico y también ligerísimamente acaramelado y floral. En boca es maltosa, acaramelada, bastante plana de carbonatación y un ligero toque metálico algo amargo. Apunta más en nariz que en boca, pero aún así es muy fácil de beber sin que se eche en falta cuerpo y sabor. Conociendo el nivelazo mostrado por otras pils alemanas, esta se queda unos cuantos escalones por debajo.



Löwenbräu Ungespundetes. Aunque el nombre de la cervecera es idéntico al de la “leonil” y bastante conocida marca muniquesa, ésta cervecera es de Franconia y por lo visto goza de bastante prestigio por la zona. El término “ungespundetes” nos indica que la cerveza tiene una carbonatación menor a lo habitual debido a un sistema peculiar con el que se cierran las barricas de madera que contienen la cerveza. En este caso encandila su color dorado viejo y pese al color y el marcado carácter maltoso, con recuerdos a caramelo, miel y cereal en menor medida, es bastante refrescante por el lúpulo herbal y cítrico que corta el dulzor dejando un toque final astringente y muy refrescante. También ofrece recuerdos a pan y cereal. Una lager distinta, muy fácil de beber pero con carácter, y me gustó tanto que se me pasó hacerle una foto en condiciones…


Y con esta cerveza doy por cerrado esta oktoberfestcasera. A continuación os dejo una foto con el ágape con el que nos pusimos las botas: salchichas, sauerkraut, puré de patatas, mostaza dulce… pero también pepinillos a la polaca, mostaza Dijon francesa, salmón ahumado (Diego tiene la culpa de mi adicción tras el viaje a Munich…), surtido de panes made in “la tienda del barrio”… Sí, más que bávara la cena fue un batiburrillo internacional… XD


¡Que viva la cerveza alemana!

#IPAday 2013.



Tras un parón de algo más de dos semanas reemprendemos la marcha del blog con una de esas excusas que nos vienen brindadas sin esperarlas pero que no por ello podemos dejar de disfrutarlas. Hablo del #IPAday2013, un pretexto inventado en 2011 cómo no podía ser de otro modo por estadounidenses con el objetivo de que brindemos y disfrutemos al tiempo que compartimos nuestras experiencias bebiendo alguna muestra del que es a día de hoy uno de los estilos más prolíficos a nivel mundial, las India Pale Ale.

Cómo bien sabéis, el parón en el blog se debía a un viaje por Baviera del que os daremos más detalles dentro de muy poco* así que ¿por qué no celebrar esta festividad abriendo una IPA alemana? O mejor aún, ¿por qué no dos? Sí, habéis leído bien, dos IPAs provenientes de un país cerveceramente tan reticente con todo aquello que no sea el pan nuestro de cada día, es decir, las Weissbier, las Helles y las Dunkel Lager, pero que de algún modo aunque menos efusivamente también se está embarcando en la corriente actual capitaneada por el verde y resinoso Don Humulus lupulus.


La primera es la Riedenburger Dolden Sud IPA, cuyo aroma sorprendentemente fresco a lúpulo cítrico así como resinoso recuerda a muchas Pale Ale yankies, pero que en boca se ven desbordados por un torrente de recuerdos a fruta tropical un punto astringente y especiada que recuerda al mango y a la fruta de la pasión, pero también vagamente al níspero y la piña. Toda esta fruta se ve acompañada de fondo por una buena comparsa de notas dulzonas, a bizcocho y caramelo principalmente. Final seco y amargo bien atado, lo cual junto con una carbonatación muy bien integrada y lo mismo para sus 6.8% de alcohol, hacen de ella una IPA realmente fácil de tomar. Una muy grata sorpresa de factura bávara de la que reconozco no esperaba casi nada por otras elaboraciones bio y eco que hacen famosa a la marca.



En segundo lugar dejamos la Baviera más profunda para viajar hasta los alrededores de Colonia, donde se elabora la Fritz Imperial IPA. De buenas a primeras he de reconocer que me sorprendió mucho encontrar un color tan oscuro, pero acercando la nariz a la copa la sorpresa empieza quedar atrás quedando únicamente un enorme gozo para los sentidos: un sinfín de notas a caramelo, toffee así como fruta confitada envuelven abundantes notas resinosas y florales, que junto a la calidez y los vagos repuntes de alcohol hacen recordar más a alguna barleywine estadounidense y apetece más tomarla con calma que darle grandes tragos. A pesar de toda su base maltosa, los 102 IBUs se dejan notar mucho sobretodo hacia el final del trago, dejando la boca como si hubiera recibido un fuerte puñetazo con un lúpulo gigante como guante. Una bomba de lúpulo que a ciegas no hubiera dudado un segundo en adjudicarla a cualquier país menos a Alemania.



Y para acompañar éstas dos cervezas ¿qué mejor que un almuerzo a base de tacos mexicanos? ¿Que por qué? Pues como bien sabréis todas estas cervezas en las que el protagonista es el lúpulo funcionan a las mil maravillas con comidas picantes y rebosantes de sabores intensos como ocurre en este caso con el guacamole, el tabasco, los pimientos jalapeños y el cilantro.



¡Y recordad, aún tenéis todo el día por delante para brindar por el #IPAdayasí que no dejéis pasar esta excusa! ¡Que viva el lúpulo!




(*) A los que os preguntéis cuando verán la luz las entradas del viaje por Baviera os tengo que decir que aún tardarán un poco. Mientras, y con las neuronas trabajando bajo mínimos por culpa de este calor asfixiante, intentaré publicar al menos una entrada por semana antes de entrar nuevamente con las fuerzas repuestas en el mes de septiembre.

Maibock, cerrando la primavera con cerveza.



Aunque ya hemos dejado atrás medio mes de mayo, no quería dejar pasar la oportunidad de hablar de uno de esos interesantísimos estilos estacionales que nos ofrece el calendario cervecero y así de paso también engrosar la sección de estilos históricos. Como anticipa el título del post, hablo de las Maibock, que evidentemente y como desvela su nombre se trata de Bock elaboradas para ser consumidas durante mayo.

Imagen tomada de aquí.


Historia y origen de las Bock.

Se cuenta que las Bock tienen su origen en Einbeck, ciudad alemana de la Baja Sajonia que durante la Edad Media pertenecía a la liga Hanseática. Esto último significaba formar parte de numerosas rutas de comercio, especialmente marítimas pero también terrestres, lo cual permitió que este estilo de cerveza se extendiera con suma facilidad por toda Europa al tiempo que se labraba una gran fama.

Algunas ciudades de la Hansa en el s.XV. Imagen tomada de aquí.

Pero en el sur de Alemania, allá por el s.XV, los ya por entonces reputados cerveceros muniqueses y también los nobles acaudalados que podían permitirse probarlas, admiraban y envidiaban a partes iguales esas elaboraciones norteñas. En 1540, el duque de Baviera Luis X, receloso de esa fama, consiguió que un maestro cervecero de Brunswick, ciudad vecina de Einbeck, viajara hasta Munich para intentar replicar con detalle esas Bock.

Posavaso de la Einbecker Brauerei.
Tomado de aquí.

Con el tiempo, y con mucho empeño también, los cerveceros bávaros fueron mejorando su propia receta pero no fue hasta 1612, con la liga Hanseática colapsándose y la consiguiente reducción de las exportaciones de Bock desde Einbeck hastaa Munich, cuando el por entonces duque de Baviera, Maximiliano I, invitó al mismísimo maestro cervecero de Einbeck, Elias Pichler, a su tierra. Lo que este último no imaginaba es que en lugar de recibirle con honores le iban a detener y obligar a reproducir con detalle esas Bock auténticas del norte para que por fin los bávaros pudieran gozar de Bock propias y de reconocida calidad. Tan solo dos años después, en 1614, las Bock elaboradas en la cervecera real muniquesa, la Hofbräuhaus, se habían ganado mucha fama y tenían poco que envidiar a las versiones sajonas aunque en lugar de ser Ales fuertes y oscuras elaboradas con cebada y trigo se tratara de versiones igualmente corpulentas pero con un color más claro, de baja fermentación y sin trigo.

Tal fue el éxito de las versiones de las Bock elaboradas en el sur de Alemania que un subestilo hoy en día tan conocido, las Doppelbock, nacieron en Munich allá por el s.XVIII, cuando unos monjes de la orden de Paula idearon una cerveza para las épocas de Cuaresma y Adviento en las cuales no podían comer nada sólido y una cerveza tan nutritiva les sería un sustento más que suficiente.

Posavaso de 1947 de Paulaner Salvator, la
considerada Doppelbock pionera. Foto tomada de aquí.


Maibock.

Las Maibock son un estilo muy reciente y muy probablemente tuvieran su origen a mediados del s.XIX, cuando los estilos de cervezas más claros empezaban a desplazar a los oscuros, siguiendo la moda empezada por las Pils y las lagers pálidas. Por ello, en aspecto no dejan de ser Bock en las que en lugar del color marrón o cobrizo, ofrecen un rango que va desde el dorado intenso al ambarino ligero debido al uso de maltas menos tostadas.

Se elaboraban en invierno para ser consumidas entre finales de abril y mayo y de hecho fue la Hofbräuhaus quien empezó con esta estacionalidad relacionando esta Bock más clara con la conocida fiesta del Día de Mayo celebrada alrededor del conocido Maibaum o palo de mayo.

Ketterer Maibock con el Maibaum de fondo. Poster HB tomado de aquí.

A diferencia de las Bock genéricas, una característica muy particular de las Maibock es que poseen un relativo protagonismo del lúpulo, el cual corta con un final más fresco las típicas notas acarameladas y tostadas de la malta, tan presentes en las Bock. Así tenemos un subestilo más ligero ideal para el tránsito entre el frío inverno y el verano en el que las protagonistas en los biergarten pasan a ser las Helles o las Weizen. Aún así no hay que olvidar que estamos hablando de un tipo de cervezas cuyo contenido alcohólico no es nada desdeñable, entre 6.3% y 7.4%.

Poster de Pschorr-Bräu tomado de aquí.


Helles Bock vs. Maibock.

En principio y aunque ambas denominaciones se mantienen con el paso de los años, entre Maibock y Helles Bock no hay más diferencia que la temporalidad. Las Maibock se elaboraban para tomarse en mayo, como decíamos entre el tránsito de finales del invierno y principios del verano, y de ahí sus características más suaves que otras Bock. Pero con el tiempo y su popularización, su consumo se fue extendiendo más allá del citado mes de mayo y se decidió directamente tratarlas como lo que son: Bock más claras o Helles Bock (Helles = clara en alemán).

Lowënbräu Heller Bock de 1962.
Etiqueta tomada de aquí.
Löwenbräu Mai Bock.
Etiqueta de Jorge Solana, blog Cerveriana.


En realidad los más puristas afirman que las Maibock poseen un color más ambarino que las doradas Helles Bock, pero como decía, ambas denominaciones muchas veces se utilizan como términos equivalentes al igual que ocurre con otros estilos como las Märzen y las Oktoberfestbier.


Simbología y nombre.

Independientemente del subestilo, todas las Bock comparten una misma simbología, una cabra levantada sobre sus patas traseras, ya que Bock significa cabra en alemán y de ahí que por ejemplo en las Doppelbock (doppel = doble) aparezcan dos cabras.

Poster de Frankfurter Bürgerbräu Bock tomado de aquí.

Pero como comentábamos al principio, el término Bock proviene de una derivación del nombre de su ciudad de origen, Einbeck, y de hecho “Ein Bock” es como se pide esta cerveza en alemán. Pero a pesar del más que razonable parecido, hay quienes insisten en relacionar el nombre y su símbolo caprino a través de leyendas e historias a cual más increíble. Una de ellas explica que el uso de la cabra como símbolo tendría su origen en el hecho de que las Bock se elaboraban en la época correspondiente al signo del horóscopo Capricornio, que en definitiva es una cabra. Pero más curiosa es una anécdota según la cual el duque de Baviera retó a un caballero de la norteña Brunswick a beber Bock en el casco de su oponente. Tras unas cuantas rondas el caballero no pudo aguantar mientras que el duque se mantuvo imperturbable, y como excusa el caballero no tuvo otra ocurrencia que culpar de su debilidad a una cabra que se había encontrado de camino.

Sea cual fuera el origen, y a pesar de su aparente inocencia, este símbolo no estuvo exento de polémica desde sus inicios ya que a los monjes bávaros no les gustaba por aquello de que la cabra siempre fue un animal relacionado con temas satánicos. Aún así, el símbolo logró rebelarse a los embates de la iglesia y hoy en día se sigue usando tanto en Alemania, como en otros muchos países, especialmente en los Estados Unidos, donde las Maibock gozan de una segunda juventud.

Maibock de Capital Brewery. Etiqueta tomada de aquí.
Berghoff Maibock elaborada con miel.
Etiqueta de Jorge Solana, blog Cerveriana.


A continuación os dejo unas cuantas joyas en papel, todas ellas alemanas y detalle de Jorge Solana del blog Cerveriana, buen amigo y grandísimo coleccionista a quien agradezco la ayuda con las etiquetas para el post.

Etiquetas de Jorge Solana, blog Cerveriana.


Y con esto damos por cerrado este post sobre las Maibock. Espero que os haya gustado y recordad que aún estáis a tiempo de probar alguna de estas cervezas antes de que el tórrido verano llegue a nuestras neveras o sino tendréis que esperar al año que viene…

"Nada mejor que una buena Maibock!!"
Imagen tomada de aquí.


Algunas de las fuentes consultadas.

- El libro de la cerveza. M. Jackson (1994).
- The Brewmaster’s Table. G. Oliver (2003).
- http://allaboutbeer.com/learn-beer/styles/stylistically-speaking/2006/07/maibock-to-helles-and-bock/
- http://allaboutbeer.com/learn-beer/styles/stylistically-speaking/2012/03/maibock-and-helles-bock/
- http://beer.about.com/od/boc1/a/BockHistory.htm
- http://www.germanbeerinstitute.com/Maibock.html
- http://www.germanbeerinstitute.com/Urbock.html
- http://www.bjcp.org/2008styles/style05.php

Las Märzenbier y la temporalidad en la elaboración.



Antes de cerrar este mes de marzo quería dedicar un post a un estilo clásico de origen alemán, las Märzenbier, para así también recuperar aquella serie sobre estilos históricos, aunque en este caso el protagonista no esté al borde de la extinción como otras veces.

Durante la Edad Media, cuando los principios básicos de la microbiología y los métodos de conservación y refrigerado estaban aún en pañales, los maestros cerveceros veían cómo la cerveza se les estropeaba frecuentemente durante los meses más cálidos y en cambio entre octubre y abril esto no ocurría. Hoy en día sabemos que en las estribaciones de los Alpes, desde otoño hasta los comienzos de la primavera, las temperaturas impedían que ciertas bacterias sobrevivieran y por lo tanto echaran a perder la producción.

 Cervecero en el s.XVI. Imagen tomada de aquí.

¿Pero cómo hacían para asegurarse la producción de cerveza durante los meses más cálidos? La conclusión a la que llegaron algunos cerveceros fue simple pero muy efectiva: trabajar horas extra durante los últimos meses de producción, especialmente en marzo, para elaborar una cerveza potente, corpulenta y fuertemente lupulada que pudiera resistir los embates del calor hasta que llegara nuevamente el mes de octubre y con ello nuevamente se reiniciara la producción. Así nacía un estilo que terminaría llamándose igual que su mes de producción: cerveza de marzo o Märzenbier en alemán.

Estas cervezas se metían en barricas y se guardaban bien frescas en bodegas y en cuevas de montañas cercanas, en algunos casos incluso añadiendo hielo y nieve generados durante el invierno para ayudar a su conservación. Todo ello sumado al citado contenido extra de lúpulo y alcohol permitían que las Märzen llegaran perfectamente hasta septiembre, momento en el que el lúpulo estaba muy suavizado y la malta era la verdadera protagonista.

Muchas fuentes destacan que las Märzen actuales son el resultado de que Gabriel Sedlmayr (Spaten, Alemania) y Anton Dreher (Dreher, Austria) modificaran la receta tradicional a mediados del s.XIX. Un color más claro que las versiones anteriores, una malta pálida ligeramente caramelizada (la malta Vienna) así como la contribución de la levadura lager fue lo más destacable. Pero cómo decíamos, las Märzen existían desde antes que estos dos buenos amigos la lanzaran al estrellato. Hace unos cuantos años, el escritor Ron Pattinson publicó en su blog un artículo según el cual las Märzen ya aparecían en un viejo libro alemán de 1581. Sea como fuere, e independientemente de sus orígenes, lo que nadie duda es que las Märzen se ganaron unos cuantos adeptos muy rápidamente.


Arriba, una postal de 1913 de Franziskaner Leistbrau, nueve años antes de que esta se fusionara con Spaten. Abajo, una joyita que muchos coleccionistas, especialmente los valencianos, guardamos con cariño. Fotos sacadas de aquí y aquí



Pero no todo el protagonismo se queda en Alemania. Con esa u otras denominaciones, variando el color, el cuerpo y las maltas utilizadas, numerosas cerveceras de países cómo la República Checa, Austria o Suizahan elaborado cervezas que bien podrían catalogarse dentro de este estilo. Abajo os dejo dos versiones de una misma etiqueta de antes de la segunda guerra mundial, una para el mercado checo y otra para el alemán.


¿Alguna relación entre Breznak y Märzen? Etiquetas sacadas de aquí


Con el tiempo, esta cerveza de marzo terminaría convirtiéndose en la Oktoberfestbier. El hecho de que coincidiera en una misma época el final de la cosecha de grano y de lúpulo con la celebración en honor a las nupcias entre Luis I de Baviera y Teresa de Sajonia-Altenburgo, la hoy en día tan popular Oktoberfest, junto con el hecho de que hubiera que terminar toda la cerveza restante de aquella producción de marzo para poder alojar las nuevas elaboraciones en los barriles, llevó a una asociación que hoy en día nos parece tan difícil de disgregar: una gran fiesta en la que la protagonista era la cerveza. Por desgracia aquellas elaboraciones originales de precioso color ambarino o cobrizo debido al uso de maltas Munich, con marcado carácter maltoso y final limpio, son hoy en día cada vez más una excepción, ya que sus hermanas Helles, más pálidas, frescas y con un punto más marcado de lúpulo, han tomado el relevo con enorme éxito.


Arriba, una cuidada etiqueta de la estadounidense Steves Point. Abajo, la "oktober" de la alemana Augustiner.



Hoy en día no hay la necesidad de elaborar tal cantidad de cerveza en primavera ya que tenemos excelentes mecanismos de refrigerado y conservación, y pocas cerveceras se pueden permitir el lujo de tener una producción guardada en frío desde marzo hasta octubre por el coste que ello supondría. Por ello, las Märzen han cambiado mucho desde su apogeo en el s.XIX pero a pesar de ello aún así siguen habiendo fábricas que las dejan en guarda entre 6 y 16 semanas.

Y así termina mi pequeño homenaje a un estilo que conocí como tantos de vosotros gracias a la conocida versión de una cervecera barcelonesa, pero que tantos momentos de placer me da hoy en día en la versión ahumada de la reputada Schlenkerla de Bamberg. Ahora, cuando veáis escrito Märzen en alguna etiqueta, acordaros de todo el camino que lleva a sus espaldas.

¡Prost!

Algunas fuentes de información que he consultado.

Barcelona Beer Festival 2013: Lebe die Deutsche Bier!



Un mes. Nada más y nada menos eso es exactamente lo que queda para el Barcelona Beer Festival 2013. Para ir abriendo boca, el equipo organizador ha confiado en diferentes blogs para que os hablemos de algunas cervecerías y de las elaboraciones que allí tendremos disponibles. En mi caso he tenido la gran suerte de poderlo hacer de cinco cerveceras alemanas, país que adoro por numerosas razones, y de ahí el título del post, que se podría traducir tal que así: ¡Viva la cerveza alemana!


A diferencia de lo que ocurría tiempo atrás, por suerte en la actualidad la oferta de cerveza alemana que nos llega es cada vez más amplia e interesante, pudiendo demostrar así a todos aquellos escépticos que allí se elaboran cervezas que van mucho más allá de ser simples clones aburridos.


Un buen ejemplo es Braustelle , una nanocervecera que se fundó en 2001 y que posee el brewpub más pequeño de Colonia. A lo largo de todos estos años ésta brauerei ha ido martilleando el panorama cervecero alemán con elaboraciones digamos que atrevidas ya que cómo bien sabréis actualmente la cerveza alemana es poco dada a cambios bruscos o experimentos extraños y por ello cerveceras cómo ésta llaman mucho la atención. Dejando a un lado elaboraciones más excéntricas cómo su dunkel con romero, o una ale infusionada con hibisco o incluso la única Alt elaborada en Colonia, su Kölsch sin ir más lejos no estaría acogida por su denominación de origen simplemente por no estar filtrada. Pero todo eso no les importa en absoluto, es más, les autoafirma en sus convicciones que de tanto en tanto chocan con la famosa Reinheitsgebot, o ley de Pureza de la cerveza alemana, pero otras veces sus cervezas perfectamente podrían estar acogidas por la citada ley.

En el BBF podremos encontrar:
- Helios -  La citada Kölsch sin filtrar. 4,8%.
- Ehrenfelder - La primera Alt Bier alemana elaborada fuera de Düsseldorf. Sin filtrar. 4,8%.

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Las instalaciones de Braustelle han servido de nicho en el que se han gestado varios proyectos paralelos entre los cuales destaca Freigeist Bierkultur, una cervecera fundada en 2009 por Sebastian Sauer y Peter Esser, éste último, el maestro cervecero de Braustelle. Sebastian, además de trabajar como manager en Braustelle, posee una de las empresas de importación y distribución más conocidas de Alemania, Bierkompass. En cuanto a las cervezas, Freigeist elabora algunos de los productos más interesantes del panorama cervecero alemán, recreando estilos antiguos cómo por ejemplo las Deutscher Porter, o jugando con ingredientes cómo el café o el cacao.

En el BBF podremos encontrar:
- Abraxxxas – Se trata de una recreación de una "Lichtenhainer", estilo del que os hablamos en este blog, similar a una Berliner Weisse pero elaborada con malta ahumada. 6% alcohol.
- Sour Porter - - Una Porter con sal y ácido láctico. 6%.

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Pero no conformándose con todo lo anterior, y ejemplificando muy bien lo que sería un cervecero multiempleado, Sebastian está también detrás de otro proyecto, The Monarchy (anteriormente llamado “Monarchy of Musselland” o “MoM”), como única cabeza pensante y actuante. Éste proyecto salió a la luz el pasado 2012 y entre sus elaboraciones encontramos varias reinterpretaciones de estilos antiguos. Las cervezas en este caso se elaboran en Vormann Brauerei, situada en Hagen-Dahl, unos 90 km al noreste de Colonia.

En el BBF podremos encontrar:
- Grätzer – Una recreación de un estilo de cerveza antiguo llevada a cabo por The Monarchy junto con los holandeses Jopen y los historiadores cerveceros Ron Pattinson y Evan Rail. El nombre de este estilo que dejó de elaborarse en 1993 proviene de la población polaca de Grodzisk Wielkopolski, pero era conocida cómo Grätz cuando el área pertenecía a Prussia. Está elaborada 100% con malta de trigo ahumada en roble, posee los mismos grados Plato (7,7º, 3,3% alc.), las mismas unidades de amargor (35 IBU), lúpulo y la levadura original.
- Son of a Batch Apple Wood – Se trata de una interpretación de una Dark Gose. De las Gose ya os hablamos también por el blog (en este post y en este otro), y se trata de un antiguo estilo de cerveza de Leipzig que contiene trigo, sal, coriandro y ácido láctico. En este caso se trata de una versión oscura con sal de lava de Hawaii, coriandro y chips de madera de manzano. 5,2%.

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Otra de las brauerei muy relacionada con las anteriores es Fritz Ale, un proyecto nacido en 2009, igual que Freigeist, aunque en este caso elabora en la también citada Vormann Brauerei. El proyecto está comandado por Fritz, amigo del citado Sebastian Sauer, y a diferencia de las anteriores cerveceras, en este caso la inspiración viene del mercado estadounidense, encontrando así entre su portafolio Imperial Stout, India Pale ale…


En el BBF podremos encontrar:
- India Pale Ale. Según palabras de la organización del BBF, se trata de una de las 10 cervezas que más ganas tenían de conseguir para la este año, por ser pionera en la revolución cervecera en Alemania. En 7,2% alc.

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Y para terminar con el post dejamos Colonia y sus alrededores para adentrarnos en lo más profundo de Baviera. Allí, en pleno corazón de la mayor zona productora de lúpulo de Alemania, se encuentra Wolnzach Bürgerbräu. Ésta cervecera se fundó en 1999, lo cual es muy reciente si lo comparamos con muchas de sus brauereivecinas, algunas de las cuales se encuentran entre las más antiguas del mundo. Pero aunque reciente, ésta cervecera tiene una curiosa historia detrás y es que Wolnzach antaño tuvo una fábrica, la cual tristemente tuvo que ser demolida a principios de 1990 dejando atrás una dilatada tradición cervecera. Entonces el pueblo no quiso quedarse de brazos cruzados y empezó a planear el montaje de una nueva fábrica, la cual pudo ver la luz cómo decíamos a finales de la década por la ayuda no solo del pueblo, sino también gracias a la difusión de los medios que consiguieron que la inversión llegara también del resto de Alemania. Acualmente ésta cervecera está apoyada por 1100 accionistas, 500 de los cuales son gente del pueblo.

En el BBF podremos encontrar:
- Hell Naturtrüb – Munich Helles sin filtrar. 5,1% alc.
- Hopfenperle – Lager monovarietal con lúpulo Hallertau Perle. 5,3% alc.
- Aktionator – Doppelbock. 7,8% alc.

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Además de todas las anteriormente citadas, también tendremos la posibilidad de degustar otras elaboraciones venidas de Alemania cómo Schlenkerla (Heller Brauerei), Aktien, St. Georgen Brau y Weihenstephan.



Así que ya sabéis, disfrutad de las numerosas y tentadoras elaboraciones que tendremos en el Barcelona Beer Festival de este año, pero no os olvideis de darle una oportunidad a las varias y tentadores opciones del país teutón.

¡Prost!

Cerveza caliente para combatir el frío.



Aunque hemos dejado atrás la navidad, y más recientemente esa famosa ciclogénesis explosiva, estamos sumidos en plena época de frío y para combatirlo hoy os queremos proponer algo distinto.

Quizás conozcáis el vino caliente y especiado, Glühweinen alemán. Para los que no, se trata de una deliciosa y reconfortante bebida muy especiada (aún con las lógicas variaciones de receta, no suele fallar el anís estrellado, la canela y la naranja). La gente de los países del norte y centro de Europa lo suelen consumir sobretodo allá por el mes de diciembre, coincidiendo con la época de adviento, en sus casas a la luz de la lumbre o paseando por los típicos mercadillos navideños.

 Arriba, el citado vino caliente con sus ingredientes (foto tomada de aquí

Pero cómo esto es un blog de cervezas, aunque ya sabéis que el vino me apasiona también, os quiero hablar de una cerveza un tanto distinta que conseguí hace meses gracias al buen amigo Sven (Drunk Monk) y que podría compartir mesa con el citado vino sin amedrentarse un ápice. Se trata de la alemana Aktien Heisses Böckle una elaboración que posee un carácter especiado muy marcado ya que contiene entre sus ingredientes jengibre, canela y coriandro.

 Arriba, la cerveza acompañada de un “pa beneït”, un dulce típico de mi Safor natal (desconozco si también en otras partes...).

Los ingredientes citados tampoco son ninguna novedad en una cerveza ya que en no pocas cervezas belgas, inglesas o estadounidenses, por ejemplo, los utilizan. Dónde realmente viene la gracia, al menos en mi opinión, es porque la cerveza se consume caliente, concretamente se recomienda calentarla por encima de los 50ºC. Se toma la botella y quitándole la chapa para evitar explosiones, se la mete en una olla con agua caliente haciendo una especie de baño maría. Luego se sirve en una copa consiguiendo el resultado que podéis ver más abajo.


Así que ya sabéis, si os cruzáis con ésta botella y queréis darle otra oportunidad al delicioso mundo de las especias, estoy seguro de que ésta joya bávara de 6,7% de alcohol no dejará a nadie indiferente… para bien.

¡Que vivan las cervezas de temporada!