Mostrando entradas con la etiqueta Curiosidades cerveceras. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Curiosidades cerveceras. Mostrar todas las entradas

Microtecnología aplicada a la clasificación y reconocimiento de cervezas.


Hace unos días me topé con un artículo bastante interesante llevado a cabo por un grupo de investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona y publicado en la revista Food Chemistry en el que se explicaba un método para identificar y/o clasificar cervezas según su estilo.

El experimento se basa en algo a lo que llaman “lenguas electrónicas” y que en realidad son diferentes electrodos selectivos para un tipo concreto de iones del mismo modo que funcionan las papilas gustativas de la lengua. En concreto se utilizaron 21 electrodos diferentes para aniones y cationes característicos de la cerveza (amonio, sodio, nitrato, cloro...) y antes de introducirse en las diferentes muestras las cervezas analizadas fueron sometidas a un agitador magnético para eliminar la espuma de las muestras y facilitar así su detección.

Foto de Manel del Valle (c).

Tras obtener los datos y aplicar un nuevo mecanismo de análisis de sistemas el mecanismo fue capaz de acertar en un 82% de precisión las marcas comerciales para las que había sido "entrenado".

Según afirman, con este mecanismo podrían entrenarse robots con una especie de "sentido del gusto" y así poder suplantar al personal encargado de catar en la industria alimentaria y así mejorar la calidad y fiabilidad de los productos aptos para el consumo. También podrían utilizarse para discriminar diferentes estilos de cervezas o marcas comerciales, siempre que hayan sido entrenados para ello.

Para quien quiera más información el artículo original es "Beer classification by means of a potentiometric electronic tongue", y está escrito por Xavier Cetó, Manuel Gutiérrez-Capitán, Daniel Calvo y  Manel del Valle.

BrewTrail o como viajar a alrededor de la cerveza por USA.


Ahora que se acercan las navidades y que seguro más de uno aprovecharéis para viajar al extranjero os quiero presentar una web que descubrí hace varias semanas y que me parece realmente muy interesante.


Como bien revela su nombre, con BrewTrail podremos planificar cualquier viaje o escapada cervecera que queramos hacer por los Estados Unidos.


En ella podemos encontrar los horarios de visita de las más de 2500 cerveceras y brewpubs que a día de hoy existen en Estados Unidos, saber si tienen tasting rooms y sus horarios de apertura y cierre, consultar si ofrecen la posibilidad de hacer visitas guiadas y si estas tienen algún coste, y, lo más importante y que da nombre a la web, podemos montar rutas entre todos esos locales.


Por si fuera poco, toda esta información es, al menos por el momento, gratuita. Así que ya sabéis, si tenéis pensado ir a Estados Unidos próximamente, a partir de ahora tenéis una herramienta realmente muy útil que os ahorrará muchas horas de búsqueda y encontraros no pocas veces con que la información no está disponible.

Eso sí, ahora falta que unas algunas mentes altruistas construyan lo mismo para Europa. ¿Alguien se apunta?

¿Cuántas calorías tiene mi cerveza?


Cuando falta poco para que empiece la temporada fuerte de turrones, polvorones, roscones, mazapanes, tortas (¡anda, algo que no termina en “–nes”!) y demás ejemplos de repostería típica navideña, y como seguro que más de uno (y una) estáis por la labor de cuidar vuestra línea os adjunto la siguiente calculadora de calorías de cerveza que me topé hace poco en esta web estadounidense.


El proceso para calcular las calorías es muy sencillo:

1. Elegís el contenido alcohólico de la cerveza que vayáis a beber.


2. Marcáis la cantidad en onzas fluidas (12 onzas = 35 cl. / 16,9 fl.oz. = 50 cl. / 20 fl. Oz = 60 cl.).


3. Le dais al “skip” para evitar un torrente en forma de spam y… voilà, ¡recuento hecho!


Aunque no deja de ser un dato poco exacto por varias razones, ya diréis si os sirve la aplicación porque lo que es a mi no me hace ninguna falta con el tipín envidiable que tengo… ;)

La cantimplora de las infusiones.



Quizás algunos de vosotros os hayáis cruzado alguna vez con el siguiente chisme.



Se trata de un artilugio ideado por la estadounidense Dogfish Head llamado Randall, concretamente la versión que pulieron en 2012 y fue apellidada como 3.0, y por lo visto es muy interesante para infusionar cervezas con diferentes lúpulos, especias, frutas, café y tantos ingredientes como seáis capaz de imaginar. Si estáis interesados en verlo lo tienen en el Drunk Monk de Mataró (desconozco si también está en algún otro bar de por aquí).

Pero en realidad no os quería hablar de ese invento sino de otro muy relacionado que demuestra por qué Sam Calagione, la cabeza más visible de Dogfish, es conocido por algo más que por elaborar algunas cervezas de calidad y muchas más excéntricas, y no es sino porque le encanta hacer dinero (alguno se preguntará ¿y a quién no?).


Hablo del Randall Jr., una versión digamos que bastante más sencilla (y mucho menos interesante también) de su hermano mayor. No en vano en su web se puede conseguir por algo menos de 20$, mientras que el Randall 3.0 cuesta unos 300$.


Habrá quien crea que exagero y que en lugar de dar publicidad a este tipo de inventos lo mejor sería ignorarlos dejando que cada cual decidiera si quiere tirar o no su dinero. Puede. Pero creo que hay veces que se nos va un poco la olla con ciertas modas que nos llegan especialmente de Estados Unidos y cobrar 20$, digámoslo sin rodeos, por un simple cachivache de plástico transparente que no llega a servir ni como cantimplora y que únicamente tiene como añadido un colador, es un completo disparate.

En fin, que voy a calmarme abriéndome alguna Imperial Pilsner dejada macerar con cagarrutas de civeta y añejada en barricas de licor de lagarto chino cantonés. ¡Salut!


* Todas las imágenes están tomadas de http://www.dogfish.com

Un vaso solo apto para freaks.



No suelo frecuentar mucho las webs de subastas online por dos razones sencillas y relacionadas entre sí: siempre hay objetos por los que no dudaría en pujar y segundo, y más importante, no está la economía para ciertos aprietos. Pero justo la semana pasada me dejé caer por una de las más conocidas y me topé con un objeto tan curioso como el que os dejo a continuación.



Sabiendo que soy un friki confeso, amante de los cómics, del manga y el anime en general, creo que más pistas no os puedo dar para que adivinéis el origen del símbolo del vaso. Para los despistados, creo que será más que suficiente la imagen de abajo…

 Imagen tomada de aquí.

Espero que con esta última imagen hayáis tenido suficiente ya que no quiero ni imaginar la triste infancia que tuvisteis si no disfrutasteis de esos kamehameha, las infinitas aventuras y el toque cómico de la primera parte de la serie (en mi opinión, la mejor con diferencia), la muerte de Goku por parte de Radix, las fusiones, la saga de los androides… En fin, paro que me emociono… ;)

 Aquí tenéis el nombre por si todavía no sabíais a qué me refería.
Imagen tomada de aquí.


Si hay alguien que esté realmente interesado en hacerse con el vaso, aquí os dejo el enlace del sitio de compra. Eso sí, por si las moscas voy a mandarle un mail al tipo que lo vende a ver si me pasa una comisión por tanta publicidad… ;)

Transformando tu cerveza…



Hoy quiero compartir con vosotros unos curiosos artilugios mediante los cuales podréis transformar cualquier cerveza plana y aburrida en toda una craft... O al menos eso es lo que dicen sus creadores.



Según parece con un solo botecito de estos se puede mejorar el sabor de hasta un pack de 18 botellas de 33cl dependiendo de la cantidad usada. Cada botecito cuesta en Estados Unidos unos $5 (algo menos de unos 4€), y si compras un pack de 2 te ahorras la alucinante cantidad de, atención, ¡10 céntimos!


Aquí os dejo la opinión sobre los susodichos por parte de Norman Miller el autor de Beer Nut, un blog en inglés.

¿Qué os parece? ¿Os animaríais a probar esta especie de “salpimentador” cervecil en esos bodorrios o en las cenas de empresa en las que solo tienen vuestra peor pesadilla en botella?

Si hay alguien que esté realmente interesado en probarlos, aquí os dejo la web del fabricante. Pero si sobrevivís agradecería que contárais qué tal la experiencia…

Mi tesoro… ¡en botella!


Los que como un servidor caísteis sumisos en las fauces de los diferentes libros y películas de El Señor de los Anillos, igual habréis relacionado el título del post con la famosa frase del desdichado y malcarado Golum. Pero posiblemente os preguntaréis a qué santo vengo a hablar de esta conocida saga en este blog.

Todo tiene su origen en una de esas tardes cualquiera navegando por la red de redes sin hacer nada en especial cuando de repente me topé con la siguiente foto.

Foto tomada de aquí.

Al instante quedé ojiplático ya que en un mismo objeto se juntaban tres de mis pasiones: el coleccionismo, la conocida serie de J.R.R. Tolkien y, cómo no, la cerveza. Desafortunadamente no tardé en advertir que la cerveza se elaboraba en Nueva Zelanda y por lo tanto asumí que las posibilidades de conseguirla eran más bien nulas pero por un momento tuve un rayo de esperanza al leer que la cervecera neozelandesa que la elabora, Harrington’s Brewery, tenía un bar en Belfast. Desgraciadamente, tampoco tardé mucho en volver nuevamente a pisar el suelo ya que en realidad ese Belfast no era la conocida población de Irlanda del Norte sino una barriada de Christchurch, una población costera de la isla más sureña de Nueva Zelanda y en la cual se rodaron gran parte de las escenas de las películas.

“Únicamente” separadas por 20.000 km…

Por lo visto, la cerveza, Sobering Thought, fue elaborada especialmente para el reparto de la película, quienes pidieron una cerveza con muy poco alcohol. Para ello la cervecera se inspiró en la receta de una de sus stout llamada Clydesale y le bajaron el alcohol hasta 1% para que así los actores no se vieran excesivamente perjudicados al tomarla. Pero fue tal el éxito y las peticiones por parte de la gente que la cervecera terminó por incorporarla a su gama de cervezas disponibles durante todo el año, siendo actualmente su elaboración más vendida pese a que sus reseñas en ciertas páginas de valoración no van muy sobradas de críticas positivas.

 Foto tomada de aquí.

Y así termina, de momento, mi infructuosa aventura con esta curiosidad hecha botella. ¿Me equivoco mucho si pienso que al otro lado de la pantalla hay más de un seguidor de esta saga fantástica que habrá babeado al verla?

Dogfish Ancient Ales.



A mediados de la semana pasada la gente de Dogfish Head anunció que el próximo verano iba a sacar una recreación de un estilo nórdico a base de trigo llamado Kvasir. Ya sabéis que me encantan las elaboraciones inspiradas en recetas antiguas y la historia que las rodea así que esta noticia me vino perfecta para hablar de un tema que hacía mucho tiempo que quería tratar, las Ancient Ales, una serie muy interesante de esta conocida craft estadounidense.



Todo empezó allá por el año 1995, cuando empezaron a experimentar con ingredientes como la achicoria, el regaliz, el jarabe de arce o las pasas entre otros para hacer cervezas extremas y exóticas que se salieran de la norma. Pero no fue hasta 1999 cuando empezaron a trabajar con Patrick Mc Govern, el director del laboratorio de arqueología biomolecular del museo de la Universidad de Pennsylvania y reputado experto en bebidas antiguas, y fruto de dicha colaboración nació la serie Ancient Ales.


La primera elaboración que vio la luz fue la Midas Touch, algo a camino entre un vino y un hidromiel. Se trata de una cerveza dulce y seca elaborada con miel, uvas moscatel y azafrán, tal y como revelaron unas vasijas de 2700 años de una tumba turca que se cree pertenecieron al rey Midas. 9% de alcohol.



En segundo lugar llegó Chateau Jiahu, una cerveza basada en los ingredientes que supuestamente contuvieron unas vasijas de cerámica en una tumba de 9000 años de Jiahu, una villa neolítica del norte de China. Los ingredientes utilizados en su elaboración fueron bayas de espino albar, arroz de sake, cebada malteada, uva moscatel y miel de azahar. El mosto se fermenta durante un mes con levadura de sake antes de ser embotellada. 10% de alcohol.



Otro análisis de fragmentos de cerámica, en este caso de 3000 años de antigüedad y encontrados en Honduras, ayudaron a inspirar Theobroma, la tercera cerveza de la serie y supuesta bebida alcohólica hecha con chocolate como base y que usaban las civilizaciones mayas para brindar en ocasiones especiales. Está elaborada con cacao Askinosie, miel, chiles y achiote. 9% de alcohol.



Sah’tea continuó la serie, basada en una receta del sahti finlandés del s.IX. El mosto se carameliza sobre rocas ardientes y se fermenta con levadura de weizen alemana. Al mosto se le añaden té negro, cardamomo, canela, jengibre, clavo y pimienta negra. 9% de alcohol. En este enlace además de la explicación que os he dejado, también podéis ver dos interesantes videos en los que muestran cómo trabajaron con las rocas ardientes.



La penúltima en ver la luz fue Ta Henket, inspirada en una receta escrita en jeroglíficos egipcios. Elaborada como las antiguas bebidas de pan, pero añadiendo manzanilla, fruto de la palma Doum y hierbas de Oriente Medio. Para fermentarla usaron una cepa egipcia de Saccharomyces, nativa de El Cairo. 4,5% de alcohol.



Y finalmente la última que salió a finales de 2011 fue Birra Etrusca, basada en unos estudios hechos en unas tumbas etruscas de 2800 años de antigüedad. Fue una colaboración entre Sam de Dogfish, Leo de Birra del Borgo y Teo de Baladin, quienes dejaron reposar la cerveza en vasijas de bronce, de terracota así como también en barricas de madera respectivamente. Los ingredientes esta vez fueron cebada de dos hileras, además de un tipo de trigo italiano antiguo, harina de avellana, granadas, miel de castaño italiano, miel de flores de Delaware (donde tiene su sede Dogfish) y miel de trébol. También se añadió un puñado de lúpulo, pero casi todo el amargor de la cerveza proviene de la raíz de genciana y la mirra etíope utilizadas. 8,5% de alcohol.




Y con esta curiosa colaboración a tres bandas damos por cerrado este post. Solo nos queda mirar con envidia hacia el otro lado del Atlántico y esperar que algún día pueda llegar alguna por aquí.

¿Experimentos inmundos?


Continuamente vemos salir al mercado nuevas cervezas, algunas más clásicas, otras más arriesgadas, pero entre todas configuran una oferta muy amplia y que tiende a abarcar casi todos los gustos. Casi todos. Pero tirando del refranero popular, que ya se sabe que rezuma mucha sabiduría, hay un proverbio en concreto que describe bastante bien la sensación que percibo de una parte del movimiento cervecero existente hoy en día: “pájaro que vuela, ¡a la cazuela!”… O más bien, para el caso que nos ocupa, al fermentador…


Todos sabemos que la experimentación es imprescindible para avanzar, permite descubrir elementos nuevos, frecuentemente por pura casualidad, y puede incluso llegar a resultar muy divertido. Pero hay ámbitos, y ámbitos, y una cosa es investigar y probar ciertas recetas aplicándole dos dedos de lógica y otra cosa bien distinta es querer jugar a ser una mezcla de Ferran Adrià y Sam Calagione, haciendo ciertos experimentos más propios de un niño con plastilinas de diferentes colores entre sus manos (el resultado final, esa bola de color marronáceo, se asemeja bastante a alguna cerveza).

No quiero extenderme mucho más, prefiero que las siguientes ocho elaboraciones, que perfectamente podrían ser catalogadas bajo el título de este post, hablen por si solas.

----

Para empezar, no podía hacerlo sino con un experimento yankie. Se trata de Black Lobstah Lager, una elaboración de Red Hook, cervecera de la costa este estadounidense. Cómo bien reza el nombre usa bogavantes de la costa de Nueva Inglaterra, para, según sus elaboradores, ¿hacer un intento de réplica de las Oyster Stouts? Que alguien me explique en qué se parece una ostra a un bogavante… De todas formas, por si a alguien le estaban empezando a entrar náuseas, podéis estar tranquilos, el sello de “Marisco de New Hampshire Fresco y Local” te garantiza una indigestión más saludable.


Pasemos a la segunda y nauseabunda elaboración, cómo no, nuevamente desde los USA. Se trata de Rogue Voodoo Doughnut Bacon Maple Ale, una perlita elaborada con bacon ahumado, jarabe de arce y varias maltas ahumadas (cerezo, haya…). Pero es que esto no es todo ya que, además, ésta conocida cervecera de Oregon posee otra versión, Doughnut Peanut Butter Banana Ale con banana, chocolate y mantequilla de cacahuete... A la rica merendola... Para rematarnos, y cómo podéis ver abajo, la “preciosa” botella de color rosa no podría faltar en las estanterías de cualquiera de esas adolescentes seguidoras de la saga Crepúsculo y Justin Bieber.


¿Tenéis hambre? ¿Por qué comer y beber por separado? Los genios de Pizza Beer Company, nuevamente desde USA, nos traen Mamma Mia Pizza Beer, la demostración tanto para los italianos cómo para el resto mundo que la pizza y la cerveza maridan excepcionalmente bien en un cócktail tan repulsivo cómo atrayente a la vez. Prestad atención: albahaca, orégano (hasta aquí nada raro), tomate y ajo. Ésto sí que es una “Cerveza Gastronómica” y no la Inèdit ni la Vg Noster… Ah, y recordad, si os sabe sosa siempre podéis añadir un poco de queso mozzarella dentro de la copa. ¡Buon appetito!

 
 Nadie diría que son yankies... ¿verdad?

Anda, pero si ya llevamos tres “perlas desde USA… Para qué cambiar, ¿no? Bueno pues aquí llega Short’s S’more Stout, elaborada con marshmallow (esas golosinas que algunos llaman nubes), galleta, chocolate con leche y malta ahumada. Arrea con la mezclita… Ideal para reponer fuerzas después de una buena resaca…


Seguimos con la revolución para los desayunos, ésta vez desde Hokkaido (Japón). Atrás quedaron las milk stout… aquí llega Bilk, o lo que es lo mismo Beer + Milk. Esperemos que un producto con ese nombre tan surrealísticamente ingenioso no aloje en su interior la leche contaminada ocasionada por la ola de radiaciones de su vecina sureña Fukushima…


Pero sigamos avanzando. ¿Quién dijo que el ginseng, la homeoterapia, o esos cóctels molotov llamados bebidas energéticas eran suficientes? Aquí llega Stampede Light, de Matt Brewing Company, una cerveza rebosante de vitaminas y ácido fólico, éste último, un componente que se toman, entre otros, las madres embarazadas para prevenir malformaciones en el feto. Stampede te dará el chute necesario para volar, y sino, como mínimo te asegurarás un embarazo psicológico... No hay mal que por bien no venga, ¿verdad?


La penúltima joya de la que os vamos a hablar, siguiendo los derroteros de la anterior, viene de los irreverentes escoceses BrewDog. Hablo de la elaboración que sacaron para hacer su pequeño “homenaje” a los Juegos Olímpicos de Londres 2012: Never Mind The Anabolics. Se trata una IPA infusionada con creatina, guaraná, ginseng, gingo, esteroides, maca andina en polvo, té matcha y nuez de cola. Todo un cóctel revitalizante y energizante que hubiera ahorrado un buen dolor de cabeza al pobre Lance Armstrong y a todos sus seguidores éstas últimas semanas… ;)



Y vamos con la guarrada más grande de todas, la cerveza que soñaba el carnicero de la pelicula francesa Delicatessen, o un buen aperitivo para Holocausto Caníbal. Viene de la mano de Boston Brewing Company (Samuel Adams), y la perla se llama Burke In The Bottle. Elaborada con corazones de ternera asados, melaza y especias, ésta cerveza da un vuelco a los tradicionales estofados flamencos en el plato sirviéndonoslo directamente en la copa. ¡Ah!, y cómo si de unas patatas fritas con sabores se tratara, además existen dos variedades más: Peach BBQ y Spicy Tomato. Mira que son ingeniosos éstos yanquies...


 De las tres etiquetas, quizás ésta sea la “menos mala”.


Y con ésta última joya no apta para vegetarianos dejamos aparcado (quién sabe si en un futuro habrá una segunda parte…) éste listado de “monstruosidades que ningún vaso de cerveza quisiera alojar”. ¡Bon profit!

P.D. Ya podéis ir al WC…

Cerveza caliente para combatir el frío.



Aunque hemos dejado atrás la navidad, y más recientemente esa famosa ciclogénesis explosiva, estamos sumidos en plena época de frío y para combatirlo hoy os queremos proponer algo distinto.

Quizás conozcáis el vino caliente y especiado, Glühweinen alemán. Para los que no, se trata de una deliciosa y reconfortante bebida muy especiada (aún con las lógicas variaciones de receta, no suele fallar el anís estrellado, la canela y la naranja). La gente de los países del norte y centro de Europa lo suelen consumir sobretodo allá por el mes de diciembre, coincidiendo con la época de adviento, en sus casas a la luz de la lumbre o paseando por los típicos mercadillos navideños.

 Arriba, el citado vino caliente con sus ingredientes (foto tomada de aquí

Pero cómo esto es un blog de cervezas, aunque ya sabéis que el vino me apasiona también, os quiero hablar de una cerveza un tanto distinta que conseguí hace meses gracias al buen amigo Sven (Drunk Monk) y que podría compartir mesa con el citado vino sin amedrentarse un ápice. Se trata de la alemana Aktien Heisses Böckle una elaboración que posee un carácter especiado muy marcado ya que contiene entre sus ingredientes jengibre, canela y coriandro.

 Arriba, la cerveza acompañada de un “pa beneït”, un dulce típico de mi Safor natal (desconozco si también en otras partes...).

Los ingredientes citados tampoco son ninguna novedad en una cerveza ya que en no pocas cervezas belgas, inglesas o estadounidenses, por ejemplo, los utilizan. Dónde realmente viene la gracia, al menos en mi opinión, es porque la cerveza se consume caliente, concretamente se recomienda calentarla por encima de los 50ºC. Se toma la botella y quitándole la chapa para evitar explosiones, se la mete en una olla con agua caliente haciendo una especie de baño maría. Luego se sirve en una copa consiguiendo el resultado que podéis ver más abajo.


Así que ya sabéis, si os cruzáis con ésta botella y queréis darle otra oportunidad al delicioso mundo de las especias, estoy seguro de que ésta joya bávara de 6,7% de alcohol no dejará a nadie indiferente… para bien.

¡Que vivan las cervezas de temporada!

Brindando juntos con la última copa.


Hoy estamos a 20 de diciembre y según parece predecir el calendario de los mayas, mañana es el fin del mundo. Curémonos en salud y por si pudiera ser cierto os propongo que elijamos una última copa con la que irnos un poco más contentos al otro lado.


Ésta es la pregunta que les hice a unos cuantos amigos y gentes conocidas del mundillo:

Suponiendo que pudieras tomar cualquier cerveza, desde la más común a la más rara y cara, ¿cuál elegirías y por qué razón?


A continuación sus respuestas (por orden alfabético para que nadie se me enfade…).

Alberto (Cantillon, Bélgica). Considero a Jean Van Roy (Cantillon) y a Vinnie Cilurzo (Russian River) los mejores elaboradores del mundo, no solamente porque hacen cervezas excelentes sino por el nivel humano y por su ética. Así que sin pensarlo mucho las elegidas serían una Cantillon Cuvée Saint Gilles y una Russian River Supplication.


Andrés (Cervecería Lúpulo Feroz, Oviedo). Hace unos años hubiera dicho Orval sin dudarlo ni un segundo. Con la perspectiva del tiempo y con la experiencia adquirida, aún siendo Orval una cerveza extraordinaria y aún estando entre mis favoritas, y como tengo que dejar para nochebuena una Marina Grimm North que tengo enfriando en la nevera desde hace meses (obviamente no pienso ni por un segundo que se va a acabar el mundo el día 21 -me tiene que tocar la lotería el 22), me gustaría volver a tomar la primera Hemel&Aarde de De Molen que disfruté hace ya años. La que venía con su sello de cera y su numeración de serie limitada. Una cerveza que me dejó marcado y que me hizo valorar lo que es un producto pensado para tomar muuuuuuuuuuuuuy despacio, dejando que coja la temperatura adecuada y disfrutando de los últimos momentos de que dispongamos.

Antonio Bravo (Ilustrador, Málaga). Si tuviera que elegir, por un lado estaría Stone Ruination. La bebería en la soledad reflexionando sobre el inexistente futuro. En segundo lugar elegiría la Green Flash Hop Head Red ale, para disfrutarla con gente en un ambiente totalmente decadente. Son hasta el momento las cervezas que más me han gustado de todo lo que he probado.


Biirkonnen (tienda online, Alicante). Aine. Seguro que el fin del mundo son todo inventos, pero sinceramente, si tiene que ser algo, espero que sea un Apocalipsis zombie. Y lo primero es ambientar la situación, siento alargarlo más pero es que a todo tengo que ponerle una BSO... Con un casco alemán en la cabeza (mi cerebro protegido ante todo) de fondo suena la canción "Abesses" (Birdy Nam Nam) mientras voy conduciendo tranquilamente mi Hummer color amarillo (lo mejor para camuflar la sangre), recubierto de cuchillas y cuchillos largos y bien afilados; en el techo hay instaladas 4 ballestas (norte, sur, este y oeste), y a mano nunca vienen mal un par de bazookas. Al lado de mi R2D2 (el mejor ataque siempre es una buena defensa) tengo las armas para la batalla cuerpo a cuerpo (por lo que pueda pasar): una katana, una espada espartana, y por ultimo varios lanzallamas y un par de guantes estilo Freddy Krueger (es un todo en uno, matar y cocinar xD)... Llegó la hora de la acción (Wait and Bleed – Slipknot), jugar sin simuladores al "Carmaggedon" (ñiejñiejñiej -risa maliciosa-). Geroooooooooonimooooooooooo!!!!! Por supuesto, (Twisted Nerve –Bernard Herrmann) no me iba a olvidar de regar toda esta historia y dar el ultimo suspiro con una "Black Berry Albert" o una "Rio Reserva" de Struise, me parecería llegar al Nirvana.

Biirkonnen (tienda online, Alicante). Jota. Como estas cosas siempre acaban, empiezan o transcurren con una confrontación entre el bien y el mal; por si acaso me echaría al cuerpo una Yin&Yang de EvilTwin para observar con tranquilidad los últimos segundos de un horizonte humeante dónde se dibuja un avestruz dorado (nótese el guiño Struise) de polvo ascendiente.. ¡oh no! Aaggghhh!!! es el Hummer de Aine ... slash, ñaaackk, chofff!!

Brian Strumke (Stillwater, USA). Te diría Alchemist Heady Topper y Stillwater Premium. Ésta última porque se ha convertido en mi cerveza para el día a día. Nunca me canso de ella… En cuanto a la Heady Topper no es sólo la mejor IPA, sino una de las mejores cervezas del planeta! Lo malo es que tiene 8% y no la puedo beber todos los días…


Bruno (Maestro cervecero de Toccalmatto, Italia). En primer lugar elegiría Cantillon Lou Pepe, una combinación perfecta entre acidez, “drinkability” y frutosidad. La otra sería Firestone Walker Parabola, una de las mejores cervezas que he probado este año, y aunque no me gustan mucho las Imperial stouts con mucho cuerpo y dulzonas esta es perfecta. Me gustan mucho todas las cervezas que he podido probar de esta gente, es más, creo que Matt Brynildson, el maestro cervecero, es uno de los mejores del mundo.


Carlo (De Struise, Bélgica). Una pregunta difícil… de todos modos voy a ser un tanto chauvinista por esta vez ;). Elegiría una Pannepot Grand Reserva porque es la cerveza que más se acerca a mis raíces. Si tuviera suficiente tiempo el día del Apocalipsis encendería un buen fuego y disfrutaría de una PGR bien añejada, un gran acompañamiento para reflexionar sobre mi corta vida. Aunque espero que los Mayas estén equivocados y en ese caso me alegraré de beber una simple Heineken,ni que sea por una vez. ;-)

Chela (Cocineru & CAAC & Beer Bon Bebant). Si viniera el fin del puto mundo la verdad es que estaría más tiempo haciendo el amor con mi chica que bebiendo cerveza aunque para engrasar la cosa unas cuantas TT Landlord pale ale o unas Deuchar's IPA de Caledonian no estarían de más y de paso haría homenaje a mis tiempos en UK. Para despedirme de la familia pues brindaría a tope con unas buenas Chimay azul y con los amigos imagino que tomaríamos cerveza de casa, Cotoya y Caleya aunque si te soy sincero no podría dejar este mundo sin echar al coleto una caja de sidra, a poder ser de lo del Santu de Llagares Canal jejeje. Entre amigos, ahí la tierra llama a la tierra jejejeje. Haya Salud y que no nos caiga el cielo sobre nuestras cabezas todavía.


Dani (CerveTV). Creo que bebería una Zinnebir de la Brasserie de la Senne. Fue la cerveza con la que bautizamos (aquí el video) a mi primera hija en la Cerveteca (BCN) y siempre le he tenido mucho cariño aunque ahora tal vez haya otras que me gusten más.

Gabriel (Zombier, Málaga). Tendría varias y por distintos motivos. Yo me prepararía una cenita de despedida con Three Floyds Dark Lord (o una cata vertical con las de varios años distintos), tendría varias cogidas de la bodega privada de Kris de DeDolle con algunas Stille Nacht de los ‘80/’90 y no podría faltar alguna de las cervezas raras que hace Struise y no saca al mercado. Una Pliny The Younger de Russian River tampoco podría faltar en la mesa.


Marya (Zombier, Málaga). ¡¡Uff!! Pues una seguro que sería la Oerbier, es el mejor antidepresivo que conozco, y además, por su valor sentimental, ya que hemos pasado muy buenos ratos con Chris y Elsa en Esen. Luego, si empiezo por Oerbier puedo acabar con cualquier barbaridad... depende de a qué hora del día 21 acabe el mundo. A partir de ahí sacaría alguna de esas reliquias que tiene Gabriel en la bodeguita, de esas que justamente hace falta un fin del mundo para que las abra.

Isaac (Reptilian, El Vendrell). Recientemente, en el Drunk Monk, me enamoré de la Thomas Hardy Reserva 1992 (y eso que solamente me dieron a probar un pequeño sorbo). También podría decir una Tsarina Esra de De Molen. o una que estoy tomando ahora mismo, la Molotov Cocktail, una imperial Ipa de EvilTwin. Pero si quieres una que no he probado y le tenga ganas… pues quizás la Pliny the Elder de Russian River, o la 120 minutes de Dogfish Head, o la... Conclusión: para el 20 de diciembre me traes una caja de cada y nos las pimplamos. Y si se tiene que terminar el mundo, pues que se acabe. Ah, y las razones, pues porque supongo que es mejor todo lo que te he dicho que no una Heineken…


Ivan (5 Titius, Olot). Hay muchas cervezas que me vienen a la mente y que podrían ser la última. Sobretodo muchas que no he podido probar nunca, aunque éstas las descarto porque solo faltaría que me decepcionaran y la última cerveza fuese una mierda… eso si que sería la muerte!!!! Así que me decido por una que me gusta mucho y que es realmente especial, muy difícil de conseguir y aún no he probado. Dentro del Bunker de DeDolle, entre polvo, telarañas y añadas viejas, tomaría una Oerbier Reserva 2004. Creo que es de las primeras con 13% que hicieron. Sería una muerte, dulce, ácida, vinosa y larga.


Joan Montasell (Birralta, Sant Cebrià de Vallalta). Sin pensármelo dos veces creo que me tomaría la Klokke Roeland, una cerveza buenísima de 11% alc., los cuales ni se notan! ¿La razón? Porque me hice “muy amigo” de esta cerveza en el bar de cervezas Bierhuis de Gante (Bélgica). Me trae muchos recuerdos de mi estancia en esta ciudad. Que más que recordar los buenos momentos mientras se acaba todo!

John (De Molen, Holanda). Celebrar el fin de los tiempos con una sola cerveza… Si fuera una De Molen sería mucho más fácil: Vuur & Vlam o Tsarina Esra Reserva por ejemplo. En caso de beber una sola: The Kernel Imperial Brown Stout London 1856. Sencillamente increíble. Si tuviera 7 días de fiesta me gustaría sobrevivir hasta el último segundo y en ese caso elegiría Närke Double Dutch Viking, una ale de sesión perfecta. Podría tomar muchas pintas de ella.


Juan (Naparbier, Pamplona). Posiblemente te diría alguna Cantillon pero creo que me voy a inclinar por la Nogne Red Horizon, aparte de que me parece una cerveza espectacular y diferente, es lo mejor que he bebido con una graduación tan alta. Por otro lado, es la ultima cerveza que bebí con Robert Merryman antes de su marcha a los E.E.U.U.

Kevin i Pep (Cervesa Marina, Blanes). Seguramente una buena IPA, amarga, sabrosa y aromática, por aquello de que aguantan las inclemencias de los largos “viajes”, pero lo realmente importante seria poderla tomar acompañado de las personas que realmente te importan.... La elección, pues barriendo un poco para casa sería The Grim North Black IPA.


Laugar (Microcerveceros y alma de toda buena fiesta cervecera que se precie). Temido día por unos y esperado día por otros. Como si del efecto 2000 se tratara y Terminator pasara de ciencia ficción a realidad. Nadie sabe que pasará pero como se suele decir más vale un por si a caso... Está claro que no podía ser de otra manera que con cerveza especial para un día especial, con lo que hemos decidido prepararnos para tal fecha con un ritual pagano para salvaguardar nuestras almas al estilo Laugar, y es que tras la masiva y continuada ingesta de cervezas saciadas con maíz, arroz y demás elementos indignos intentaríamos redimirnos antes de este ultimo viaje. Antes de nada hay que preparar el entorno. Estando en la misma costa que mejor lugar que alrededor de una hoguera en una playa del Mar Cantábrico con el sonido del mar de fondo. Después de haber elegido el entorno debemos centrarnos en nuestro cometido. Elegir el recipiente adecuado es fundamental, en nuestro caso una gran palangana (con símbolo de plástico alimentario, ante todo seguridad), para los más sibaritas el inox AISI 304 por lo menos. Tenemos el continente, pero difícil decisión la del contenido. ¿Una cerveza únicamente?, ¿Un solo estilo? ¡No! Que somos 5. Mejor haremos un blending, ¿no era algo especial?, ¡Pues ya está! Aportando frescura, punch y buena lupulización al blending tenemos la Hercules doble IPA (así cogemos color a marciano, así como verde). Para agudizar el gusto ácido tenemos la Hanssen Oude Gueuze. Como también habrá que comer algo para no esperar en vacío, añadiremos la Kulmbacher eisbock, un poco de pan liquido con extra de ABV. Toda gran reunión viene acompañada de un gran postre y café, para eso tenemos Mocha Bomb y Dark Lord (si no querías taza, pues taza y media). Ya tenemos todo preparado para comenzar el ritual. A las 22:00 hora zulu, cada uno deberá confesar todos sus pecados al mismo tiempo que añade una de las cervezas escogidas. Entre ellos tendremos muchos en común, ¡Si! Yo también tome arroz y maíz, ¡Juro no volver a hacerlo!. A su vez, y con la canción SACRIFICIO de los Mojinos Escozios de fondo, desollaríamos una Cobaya con nuestro molino Cortina… Ahora solo quedar esperar y venga lo que venga rodeados de grandes amigos y familiares, esperemos poder haberos ayudado a que la espera sea más agradable. P.D: añadir además que nuestra cámara funeraria estaría repleta de keykegs de las cervezas anteriores, un taptrailer y un CD de Siniestro Total, para que tanto el hipotético viaje como nuestra presencia en ese más allá sean plenos


Manuel Baltasar (Cervecería Freiburg, l’Hospitalet de Llobregat). Yo sin duda una Great Divide Yeti Espresso Oak Aged, ¡¡pero vamos, hasta reventar!! Es la única cerveza que me da un subidon, el aroma, su sabor… ¡¡Todo, todo y todo!! Parezco la niña del anuncio de seguros de Catalana Occidente, jajajaja!!


Raúl Benages (Bevirra, l’Hospitalet de Llobregat). Si pudiera elegir sería una Allagash Victor Francestein, hecha con uva fermentada con levadura de vino y después madurada en barrica de roble con más uva durante un año, o Ommegang Three Philosophers, una belgian strong ale hecha en blend con Liefmans Kriek. Por poner alguna de aquí, Marina Grimm North. ¿De mi estancia en Italia? Cualquiera de Birra del Borgo (me recuerdan a los festivales de cerveza de Turín), Rurale (me recuerdan a la única tienda especializada de la misma ciudad), Chocarrubica de Grado Plato (una birra con cacao que se hace en un brewpub cerca de Turín, en cuyo pueblo casi me pierdo). ¿Más cervezas que me traen recuerdos? Pues quizás la Mikkeller Black, que la probé por primera vez cuando estaba arreglando mi habitación en un piso compartido, o la Val-Dieu Grand Cru, primera cerveza que mi chica me quitó de las manos (antes no quería más que cosas light y ahora quiere belgas fuertes)… Por último, creo que te diría las 6 variedades de Black Hole en barrica de Mikkeller, que pude probar con Álvaro Petróleos, una gozada! Bueno, y creo que ya va bien, ¿no?

Robert Merryman (Shelton Brothers, USA). Me quedaría con Anchor Porter, en botella y en buenas condiciones. Hace más de 20 años esta cerveza (entre otras) me abrió las puertas al mundo de la cerveza artesana. Siempre recordaré como era y si tuviera que tomar la última querría esta. Define para mí cómo eran las artesanas americanas al principio, es nostalgia líquida.


Rosana (compañera de faenas blogueras y vitales). Pues supongo que elegiría una cerveza que no hubiera probado aún, ya que una conocida me traería demasiados recuerdos y seria un final muy melodramático ;). Si ese día estoy en casa y veo acercarse un meteorito o algo por el estilo iré a tu armario-almacén cervecero y me beberé cualquier cosa que encuentre, a partir de la tercera o cuarta fila, ya me entiendes, en ese fondo, fondo, muy fondo de armario ;-).  Otra opción seria pillar cuanto antes un billete de avión para Alemania ya que después de tus posts sobre estilos históricos no puedo morir sin probar alguno de ellos. Por ejemplo esa Bayerischer Bahnhof Original Leipziger Gose o la Wöllnitzer Weißbier recreación de la última lichtenhainer teutona serian una buena opción para saciar mi curiosidad...


Steve Huxley (elaborador). El concepto de Apocalipsis es común a muchas culturas, pero creo que prefiero su significado original: revelación. Estoy a punto de elaborar una cerveza en colaboración con Fort que será un intento de replicar la cerveza que había ocupado mucha de mi atención en la Barcelona Beer Company. Allí se llamaba 3 Graces Bitter y en su actual encarnación se llamará Steve’s Fort Barcelona Ordinary Bitter. Espero que por el día 21 diciembre esté en condiciones óptimas y sea una revelación. Creo que por estas fechas estaré bebiendo esto. No se si será la última cerveza que bebo, más bien creo que será la primera de muchas que se beberán como si no existiese la mañana. Para los que creen literalmente en la profecía Maya recomiendo La Fin du Monde, de Unibroue; es canadiense pero es tipo Tripel y contiene azúcar candi. Si te has equivocado corres el riesgo de empezar el primer día del resto de tu vida con una resaca.

Sven Bosch (Drunk Monk, Mataró). Si fuera el último día de mi vida y en lugar de estar en el Caribe quisiera beber una cerveza seria la 3 Fonteinen Schaerbeekse Kriek, por su color rojo-rubí intenso, por su aroma y sobretodo por su gusto amargo, ácido, una explosión de acidez en boca que consigue que te olvides de todos tus males y problemas. Es un auténtico elixir de juventud.


Jenny (camarera Drunk Monk). Seguramente seria una Struise Black Albert, porque me trae buenos recuerdos de un viaje a Bélgica con el equipo del Drunk Monk cuando fuimos al Zythos. Con la Black Albert di por finalizado un día dedicado a beber cerveza en buena compañía y terminé la noche muy a gusto en un bareto de Amberes… jajaja!

Dunia (camarera Drunk Monk). Yo me bebería una Sink de Bismarck por diferentes motivos. En primer lugar porqué el precio que vale esa botella no se paga cualquier día, pero si el mundo se acaba.. ¿que más da el dinero? En segundo lugar porque he tenido la suerte de probarla y creo que tiene un sabor muy especial, ya que es muy lupulizada pero a la vez adquiere un tono como de licor, con lo cual beberla se convierte en un buen rato con una copa en la mano; una copa especial y llena de un sabor distinto. Y en tercer y último lugar, la bebería porque con la graduación alcohólica pillaría tal pedo que me daría absolutamente igual que se acabara el mundo!


Víctor (Cervecería La Torxa, Benifaió). Sería y además sin ningún tipo de duda, la Sink The Bismarck de BrewDog, para quedarme K.O.!!!




Y no creeríais que iba a cerrar el post sin mi particular elección… Pues aunque estoy aún abrumado por la Birrificio Italiano Extra Hop que pude descubrir hace tan solo 3 días de barril y muy cerca de casa (una pils con tan solo 4,8% de alcohol, rebosante de kilos de lúpulos Tettnanger y tan bebible que no pararía de tomarla hasta reventar), si pudiera tomar algo con la pausa suficiente sin duda querría probar las cuatro variedades de 3 Fonteinen Armand’4 Oude Gueuze, y así irme bien a gusto con su maravillosa acidez al otro lado.




Así que ya habéis escuchado las respuestas de algunos amigos y conocidos. ¿Y vosotros con cuáles os quedaríais? Venga, soñemos despiertos todos juntos, que faltan menos de 16 horas que termine el día…

P.D. Todas las fotos las he sacado de la red y por lo tanto tienen sus respectivos derechos de autor.