Derechos Humanos ¿quién sigue?


Estuardo Zapeta

El énfasis que Morales le dio a la defensa de los DD. HH. se centró en los de “tercera generación”.

Si hemos de dar preeminencia a la idea universal de Derechos Humanos, sean de “primera, segunda o tercera” generación, también hemos de partir de un vistazo retrospectivo a la noción de derechos inherentes a las personas.

Y la elección del sucesor del Dr. Sergio Morales por parte del Congreso de la República será una batalla cruenta entre fuerzas políticas y ONG que han sido “compradas” por esa idea del “activismo” en DD. HH.

Comparto la idea que ya le llegó el tiempo a Morales. Debe irse, tanto por él mismo, como por la renovación necesaria en un tema en el cual todavía tenemos facturas pendientes como nación.

El énfasis que Morales le dio a la defensa de los DD. HH. se centró en los de “tercera generación”.

Pero superada ya esa aberración conceptual emanada de las distinciones generacionales, la evidencia nos ha mostrado que todos podemos ser violadores de los Derechos de todos. Y la tal violación es, al final del día, una acción “individual”.

La posible salida de Morales es mala noticia para los colectivistas, o sea, para quienes han hecho de la “denuncia” constante un “modus vivendi-operandi”, y para quienes no ven individuos sino colectividades amorfas, gelatinosas, manipulables, en la búsqueda de violaciones a los Derechos presuntamente colectivos.

De hecho, la misma presunta teoría se desdice al presuponer que es a “grupos” no a individuos los sujetos de las violaciones, y que son “grupos”, no individuos los violadores. Qué fácil es escudarse o culpar a la “anomia”.

Tremendo daño han hecho contra la PDH los grupos que supuestamente se dedican a la defensa de los DD. HH. Y daño también ha hecho la misma PDH a la comprensión y defensa de los DD. HH. “Sólo sirve para defender delincuentes,” es la queja constante.

Por eso, creo que entre los nuevos retos para la PDH están los de hacer ese alto en el camino, reflexionar, revisar los fundamentos teóricos de la doctrina, y reposicionar su observancia hacia aquellos Derechos que han sido olvidados.

Por ejemplo, el Derecho de Propiedad, muy pocas veces discutido en el ámbito de los DDHH es uno de los Derechos fundamentales para la paz y el famoso “equilibrio” social.

Una sociedad será más pacífica en la medida que el Derecho de Propiedad guarde una correlación directa con el cumplimiento, por ejemplo, de contratos.

La protección de un Derecho conlleva el afianzamiento de la certeza, y la certeza es buena para el individuo y, por lo tanto, para la sociedad.

Una distinción entre Derechos reales, que sí lo son, y los “pseudos-derechos”, es también fundamental para el PDH. Existen, por ejemplo, entre los denominados “derechos colectivos” algunos como el de la salud, la educación, a caminos, a agua limpia, etc., que en realidad no son Derechos, sino servicios públicos y aspiraciones.

También, deberá tomarse en cuenta por parte de PDH que la defensa de un Derecho, a la vida por ejemplo, no implica “permiso” para la violación de otro, de locomoción, por ejemplo.

Cambio de mentalidad obliga a cambio de Liderazgo y de gente en la PDH.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Silo 21", el día viernes 02 de marzo 2012.