Novak y la liberación económica


Carroll Ríos de Rodríguez

La profunda desconfianza de los países de centro impide a los latinoamericanos hacer un análisis objetivo de la ruta de desarrollo trazada por Estados Unidos.

El tiempo vuela. Hace casi veinte años que el prolífico autor, teólogo y diplomático estadounidense Michael Novak viajó a Guatemala para recibir un doctorado honoris causa de la Universidad Francisco Marroquín. Su libro ¿En verdad liberará?, el cual analiza la teología de la liberación en América Latina, fue publicado hace ya un cuarto de siglo.

Dos décadas y media no fueron suficientes para satisfacer las esperanzas que ponían en nuestra región tanto Novak como los teólogos de liberación…ni lideramos una innovación intelectual, ni despuntamos económicamente. Los dependencistas de hoy dirán que aún somos pobres porque seguimos vinculados con los países industrializados explotadores, y porque no sufrimos una transformación estructural. Novak diría que nuestra pobreza obedece a la arcaica mentalidad mercantilista, proteccionista y antimercado. En 1986, Novak propuso un diálogo entre estas dos posturas centrado en el mejor camino para llegar a la meta de liberación. Liberación sí, pero ¿de qué, para qué y cómo?—ese es el eje de su libro.

Concretamente, ¿qué sistema político y económico permite realizar la liberación? Resume su hipótesis en la introducción: “La teología de la liberación dice que América Latina es capitalista y necesita una revolución socialista. América Latina sí necesita una revolución. Pero su sistema presente es mercantilista y casi feudal, no capitalista, y la revolución que necesita es tanto liberal como católica”.

Novak no es iluso; reconoce los prejuicios que se oponen a tal intercambio. Conoce a los arquitectos de la teología de la liberación. Leyó con detenimiento a Hugo Assmann, Gustavo Gutiérrez y Leonardo Boff, entre otros. Adjunta a su libro sus impresiones de una distendida conversación sostenida en 1985 con Hugo Assmann, a quien invitó a dar conferencias en Washington, D.C.. Coincidentemente, Assmann nació el mismo año que Novak y falleció hace poco más de una semana en Brasil, su tierra natal. De hecho, su interés data de su juventud, pues cuando cursaba sus estudios de teología en Roma, Novak buscaba entablar largas discusiones con sus colegas latinoamericanos.

La profunda desconfianza de los países de centro (el Norte) impide a los latinoamericanos hacer un análisis objetivo de la ruta de desarrollo trazada por Estados Unidos. El ideario original estadounidense posee un espíritu liberacionista, opina Novak. Él es hijo de inmigrantes eslovacos que superaron su pobreza gracias a este sistema; eslovacos que emigraron a América Latina no tuvieron la misma experiencia. Sugiere que aprenderíamos más sobre la praxis de la liberación leyendo los Documentos Federalistas, y que cosecharíamos resultados realmente liberadores para los pobres adoptando instituciones como los contratos y la propiedad privada. Se debe liberar el espíritu creador, el talento económico y la empresarialidad de nuestra gente. “Es curioso que los teólogos de la liberación hablen tan seguido de la libertad, pero no de la libertad económica,” acota. Novak llama a su contrapropuesta la “teología de la creación”.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "siglo 21", el día miércoles 7 de marzo 2012.